A vueltas con las TIC y la economía del conocimiento


La economía del conocimiento, entendida como aquella en la que la producción y el uso del conocimiento son los factores clave para la generación de riqueza, tiene en las TIC el principal motor e impulso para su implantación definitiva a escala global.


De hecho, es la primera vez en que el conocimiento aplicado para la creación de nuevos avances tecnológicos – en este caso, de las propias TIC- sirven además para generar nuevo conocimiento, en un círculo de retroalimentación acumulativo entre la innovación y su uso. También es la primera vez en que los usuarios y los creadores de los avances tecnológicos pueden ser los mismos y tomar el control de la tecnología, como ha sucedido en el caso de Internet, en donde el propio usuario se vale de la propia tecnología para generar nuevos desarrollos, nuevos contenidos, nuevos conocimiento...

Por otro lado, estamos viendo cómo en los últimos años, los avances de las telecomunicaciones, con los ordenadores portátiles, la telefonía inalámbrica y la propia Internet –bautizada a finales del siglo XX como autopistas de información- han permitido la interconexión y la interacción de más de 1.000 millones de personas en un mundo digitalizado -como diría Negroponte- que ha elevado sus índices de productividad y competitividad hasta cotas antes impensables.

Es, pues, un hecho constatable que la irrupción de las TIC en la sociedad del último cuarto del siglo XX ha supuesto una transformación económica, social, política y cultural sin precedentes en la historia de la humanidad por su ritmo, penetración, velocidad y naturaleza de los cambios que está produciendo. Su alcance en el nivel de transformación es tal que incluso algunos autores le dan un estatus superior al de “revolución” y lo denominan “era”, la Era de la Información y el Conocimiento.

Sin embargo, si bien las TIC son el motor que impulsa una nueva sociedad y, por ende, una nueva economía basada en el conocimiento, se deberán hacer grandes esfuerzos para que su progresiva implantación asegure la globalización real del nuevo estilo de vida.