De cómo las TIC influyen en los organigramas: las jerarquías organizacionales

Mi experiencia profesional me ha llevado a conocer empresas muy jóvenes, con estructuras horizontales, donde el lema era “dinamitemos el organigrama” y en la que se fomentaba la creatividad, teniendo como bandera el fin de las jerarquías; también he conocido empresas con estructuras verticales y rígidas, donde el organigrama regía, hasta casi el inmovilismo, cualquier desarrollo operativo… y empresas híbridas, donde la opacidad y falta de claridad impiden hasta el conocimiento del propio organigrama que permitiría saber cómo desenvolverse en la estructura organizativa, aunque se intenta fomentar una organización horizontal y transversal de funciones, por pura supervivencia del empleado que se siente perdido en este mare mágnum organizativo … y después de este cúmulo de experiencias, concluyo y acuerdo que lo importante es el equilibrio, el punto justo. Ni organizaciones planas, donde en ocasiones hasta se pierde la referencia en la toma de decisiones o en la capacidad de reacción, ni organizaciones verticales, donde la jerarquía asfixia cualquier iniciativa favorecedora para la empresa.

Por otro lado, como seres humanos que somos, hacemos de nuestras empresas el reflejo de lo que sentimos… y si sentimos que nuestro puesto de trabajo peligra, de nada valen que las TIC propicien, fomenten y estimulen entornos colaborativos, por la rapidez en la transmisión de ideas e información, o que la propia organización implante nuevas plataformas para que el empleado comparta su conocimiento, su experiencia, en un afán de enriquecer el capital intelectual de su empresa… en épocas de inestabilidad profesional, como el que volvemos a atravesar hoy en día, el empleado se aferra a su conocimiento (entiéndase como procesos de trabajo, contactos en la organización, métodos de acción, datos sobre proyectos, líneas de negocio, iniciativas internas, etc.) como su principal tesoro y no comparte ni compartirá en un homérico intento de que la organización le considere “imprescindible”.

Las empresas de organización horizontal, donde se potencia el talento como herramienta para la generación de ideas, decisiones y apuestas por la innovación, tendrían que contar con la madurez emocional e intelectual de los que la forman para no sentir en este tipo de organización una amenaza a su puesto de trabajo o a su posición en el organigrama.

Las TIC democratizan el acceso a la información y como tal, dan poder. Hace más de veinte años, el presidente de Apple Computer en una sesión del Top Management Forum de Barcelona aseguraba que las nuevas tecnologías de la información cambiarían las relaciones entre empresa y trabajadores y supondría el fin de las jerarquías internas, "debido a la implantación de la informática, que distribuye los datos de forma más democrática y genera una mayor autorresponsabilización del trabajador" (González, Enric. “La informática revolucionará la jerarquía de las empresas, según la cumbre de directivos” Barcelona: El País – 14/05/1986) Esta perspectiva, veinte años después y, como he mencionado más arriba, en un entorno cambiante, sí –como lo han sido los previos, pero además amenazante por el riesgo a perder tu puesto, hace peligrar la idea de triunfo de las organizaciones horizontales fruto de la aplicación de las TIC en la nueva SIC.

En cualquier caso, mi apuesta personal como gestora de un equipo está en allanar la jerarquía para fomentar el talento, apostando por la autorresponsabilidad, compartiendo conocimiento y experiencias por propio “egoísmo formativo y enriquecedor”, en un entorno cambiante y competitivo, aprovechando las ventajas de las TIC… todo esto, siempre que el empleado lo permita… :-)